viernes, 23 de septiembre de 2011

¿Por qué Frida Khalo siempre queda bien?

Como amantes del diseño que somos, desde Aster hemos querido aproximarnos a algunas de las posibles respuestas a este enigma -más allá de lo- estético.
Exposición TABLAS, 2011.               Foto: Giovanni Magnani

Frida creó en vida un icono de sí misma a través de sus vestidos, sus collares, su estilo de vida y, por supuesto, su arte. Tres décadas después de su muerte, superó en fama mundial a sus coetáneos más reconocidos, entre ellos, su marido Diego Rivera. El éxito rotundo de su figura llegó con la ola feminista y la liberación homosexual de los años 80. Se convirtió, en parte, en icono político y, en parte, en icono naïf.  Ningún otro bigote femenino había resultado tan estético y aceptado entre grandes sectores de la sociedad como el suyo.

Sea por el colorido o sea por el mito que rodea su vida, el rostro de Frida es el motivo ideal para bolsos, libretas, camisetas y vestidos; está presente en múltiples expresiones artísticas y cuenta con su propia marca comercial. Pero ¿por qué Frida gusta tanto? ¿Por qué siempre queda bien?

Aster ha recurrido al ámbito académico para enriquecer la mirada y encontrar interesantes respuestas. Esto es lo que nos ha dicho Helena González, profesora del Máster en Construcción y Representación de Identidades Culturales de la Universidad de Barcelona:

Puede ser que coexistan diferentes razones:
- Sin duda, el mito que rodea su biografía es importante, un mito vertebrado sobre el ansia de libertad y el dolor siempre tiene éxito seguro.
- Las mujeres del siglo XX necesitan espejos afirmativos. Frida, la mujer que fue reconocida por su arte, es un espejo posible.
- Su arte figurativa tienen un punto naïf que la hace accesible a diversas lecturas. Está la lectura fácil, salientando el punto tropical y colorido. Resulta fantástico para convertir el “arte pictórico” en “estampado para el mercado”.
- Por otra parte, trata temas tópicos de lo “femenino”, lo cual permite que convivan por una parte lecturas feministas con lecturas más integradas, porque el cuadro queda abierto.
-Y luego, claro, Frida puede representar la “alteridad”, aquello que la sociedad de consumo no es y desea ser: tropical, indigenista, afirmativa, natural, sin depilar, salvaje… El mercado todo lo devora, mismo lo que teóricamente quiere decir lo contrario.

Además, algunos intelectuales mexicanos reniegan de Frida por representar una visión parcial de su país y por mitificar, a través del floklore, realidades muy duras. Sin embargo, no se puede obviar el sentimiento compartido por muchísimas personas: que Frida es capaz de remover sentimientos y emociones a través de sus cuadros. Que su pintura, conmueve.

Para profundizar en esta idea, os recomendamos la lectura del maravilloso artículo “La inevitable Frida Khalo”, pinchando aquí.

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